Diversidad en Élite: ¿éxito o fracaso?
January 17, 2022
Cuando Élite se estrenó el 5 de octubre de 2018, jóvenes alrededor del mundo fueron cautivados. Más que la trama embelesada, el programa español de Netflix presentó una lista de personajes revolucionarios: una mexicana, una mujer con VIH, dos de origen árabe (incluyendo una chica que lleva hiyab), dos homosexuales, y más.
Para nosotros en los Estados Unidos, esto no nos parece tan raro. Pero para el mundo hispanohablante, que está dominado por representación europea y religiosa, esto sí hizo mucho ruido. Sin embargo, las críticas dicen que la serie adolescente no aborda los asuntos que presenta tan bien como pueda.
Para empezar, es importante reconocer el impresionante esfuerzo por los creadores del programa de crear representación diversa. Erica Lopez, una estudiante de MCPS de origen peruano, dijo, “ver a Danna Paola interpretar no sólo un personaje latino, sino una latina que era compleja con sus propios defectos, me conmovió en una manera que nunca he experimentado ver en otras series.”
Otro estudiante, que ha escogido permanecer en el anonimato, dice que “Élite ayudó a normalizar la vida con VIH. Ver a Marina (interpretada por María Pedraza) persigue relaciones íntimas y románticas a pesar de su condición, eso fue reconfortante.” Muchos también comentan de la libertad sexual que está mostrada en la serie que de verdad es como la fundación de la trama. En una entrevista, otro actor del programa, Álvaro Rico, explica que “el nivel en que representamos la sexualidad no se puede comparar con ningún otro proyecto cinematográfico hispanohablante para adolescentes.”
Pero por otro lado, el programa no ha sido recibido con el mismo nivel de amor. Muchos en países como los Estados Unidos, Canadá, y Reino Unido opinan que la representación, en realidad, crea percepciones incorrectas de las personas que se trata de interpretar.
Una estudiante musulmán de Richard Montgomery, Basmah Elardi, piensa que “el desarrollo de Nadia (interpretado por Mina El Hammani) no fue manejado bien. Su viaje desde una chica reservada quien pertenece a una familia conservadora hasta la mujer atrevida quien se quitó su hiyab, todo esto fue basado en su amor con un hombre blanco, quien al inicio la trató con una actitud racista. Esta dependencia en los blancos cristianos no es la representación que merecen los muslumanes y árabes.”
Además, una crítica menciona que “la relación homosexual, que es una de las tramas principales de la serie, tiene demasiado sexo.” No quiere decir que las relaciones homosexuales no deben ser normalizadas, pero que a poner el sexo al frente de esa relación es como declarar que a los homsexuales sólo les importa el sexo, que obviamente no es verdad. La crítica continúa elaborando que “a los jóvenes quienes todavía se están descubriendo a sí mismos, es importante que los medios pinten una idea acurada de las diferentes sexualidades.”
Todo dicho, los programas hispanohablantes claramente no tienen la misma medida de diversidad y representación que vemos en los Estados Unidos. Sin embargo, el efecto que ya ha tenido esta revolucionaria serie de Élite en jóvenes hispanohablantes indica que la industria, por lo menos, se está dirigiendo al camino correcto.